Las escenas con el amigo del marido se meten en terreno peligroso. Imagina quedadas nocturnas en un salón a media luz, con la ropa a medio quitar, restregones desesperados y polvos rápidos contra el brazo del sofá. Algunos clips capturan la emoción de casi ser pillados, con los pantalones en los tobillos, en un armario estrecho. Todo son momentos urgentes y en voz baja.